No es que nos entusiasmen los madrugones... pero si es por una buena causa, merecen la pena.
El día
25 de agosto amanecimos pronto para estar a las 8:30 con la
peña "Los Cardos" de
Fermoselle en el desfile por el pueblo: tocamos, bailamos, probamos el licor café casero, desayunamos como dios manda, y para las 11 vimos el encierro por la calle. Y lo mejor estaba por llegar.
Seguimos tocando de allá para acá, en la plaza y por las calles, para terminar comiendo una paella con todos ellos. Había que hacer tiempo hasta la hora de los
toros, así que ¿qué mejor que bajar la comida con un "juego de las sillas" al ritmo de la dulzaina?
Hicimos tiempo en la peña antes de bajar a los toros, y después de unas debatidas faenas volvimos en
desfile hasta el restaurante.
Entonces llegó el momento de la despedida. El momento en que valoras el día que dejas atrás y te das cuenta de que te lo has pasado en grande... y ellos también. Que alargas la "penúltima" canción para no marcharte y te despides con la esperanza de volver el año que viene y encontrarte a la misma gente.
¡GRACIAS A TODOS! ¡Fue un verdadero placer compartir el sábado con vosotros!
No es que nos entusiasmen los madrugones... pero si es por una buena causa, merecen la pena.
