A las 11:30 sonaban las campanas de Marquiz de Alba mientras los últimos vecinos corrían a la iglesia. Guardamos dulzaina y caja hasta que, algo más de media hora más tarde, salieron de nuevo para echar unos bailes al ritmo de dulzaina y percusión.
El vecino Laureano Díaz Pino inauguraba el museo calle abajo, y entre idas de unos y venidas de otros amenizamos el baile vermouth junto al bar del pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario